martes, 17 de junio de 2008
Dulces Monstruos pag. 6
Mientras estábamos escondidos mi abuelita, mi hermano y yo mirábamos cómo mi abuelito seguía haciendo los pasteles para el monstruo, mientras él le decía a mi abuelo: cuu maae chiiii tikiii!!! cuu maae chiiii tikiii!!!” ¡¡¡PASTEEL!!! ¡¡¡PASTEEEEEEL!!!
Mi abuelito seguía haciendo pasteles, hasta que preparó uno muy grande… ¡El más grande que jamás había visto!... ¡El más rico! Yo seguía preguntándome por que yo no puedo comerme ni siquiera un pedacito?
El monstruo le dio apenas una mordida y de repente cayo cómo dormido… o muerto… no lo se… pero ya no se movía… ni siquiera para comer…
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