martes, 17 de junio de 2008

Dulces Monstruos pag. 5
















Pero el monstruo seguía con un hambre enorme… se comió todos los pasteles, pero no fue suficiente para llenarlo, y le decía a mi abuelo: “cuu maae chiiii tikiii!!! cuu maae chiiii tikiii!!!” ¡¡¡PASTEEL!!!
Y se comió la masa, la harina, los hornos, la casa, los arboles y las vacas… ¡Hasta comenzó a comerse una montaña!
Todos nos escondimos mientras veíamos al monstruo comerse todo lo que encontraba a su paso, ¡Parecía que mientras más comía más hambre le daba!...

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